lunes, 5 de noviembre de 2012

turismo en Jalisco (2)


Área natural protegida

Parque Los Colomos (Guadalajara E-6). Tradicional zona de recreo y de abastecimiento de agua a la ciudad. Este sitio es muy mencionado en la canción Guadalajara: ...ay Colomitos lejanos, ay ojitos de agua hermanos; ay Colomitos inolvidables, inolvidables como las tardes en que la lluvia desde la loma no nos dejaba ir a Zapopan". Con una extensión de 114 hectáreas, es uno de los principales “pulmones” de la ciudad, por sus bosques espesos formados por cedros, pinos, fresnos, eucaliptos, palmeras, sauces y ahuehuetes (árbol nacional). Entre las áreas de interés del parque se encuentran:
Jardín Japonés. Su diseño es una reproducción del jardín de la ciudad de Kioto, Japón; fue construido gracias al hermanamiento de dicha ciudad con Guadalajara. En él se puede apreciar la especial distribución de las rocas, árboles, plantas floridas, áreas con césped, puentes y lago con peces, todo ello con el simbolismo propio de la filosofía oriental. Su extensión es de una hectárea.
Jardín Mexicano. Colección de plantas propias de las zonas árida y semiárida de México, que incluye graná, magueyes, biznagas, órganos, etc. Se incluyen algunas variedades de otras regiones como el norte de África. El jardín se ubica en un espacio de dos hectáreas. l Castillo. Se ubica en la parte más elevada del parque, en una construcción de fines del siglo XIX, que servía de oficina del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado. Actualmente funge como centro de arte y cultura con exposiciones y talleres de artes plásticas. Además, el parque cuenta con: pista para practicar el atletismo con una longitud de 21 km, quiosco y área de meditación, donde se imparten clases de yoga y otras disciplinas orientales los fines de semana. Zona de días de campo, con comedores techados. Vivero, considerado de los más grandes y completos del estado. Parque deportivo con numerosas canchas para todos los deportes y renta de caballos.

 


Arqueología

Pirámide del Ixtépete (Zapopan E-6). Construida en el periodo de los años 600 a 900 d.C., mide en su base 57 x 37 m, y cerca de 8.5 m de altura. Esta pirámide es sólo la apariencia exterior y última de una serie de pirámides más antiguas, que durante el transcurso del tiempo fueron ampliándose y recubriéndose. Una de esas subestructuras presenta la llamada modalidad de talud y tablero, propia de la cultura teotihuacana, por lo que se supone que hubo contacto con aquel pueblo, aunque otros materiales son muy diferentes. En su construcción predomina la piedra sin cortar y unida con lodo, el adobe y aplanados de barro. Al lado sur de esta pirámide, hay otras dos más pequeñas que dan a un patio cercado por muro, similar a una cancha de juego de pelota. El área resguardada de esta zona arqueológica abarca aproximadamente 13.5 hectáreas.

 


Arquitectura civil

Palacio de gobierno (Guadalajara E-6). Importante edificio colonial donde se han desarrollado trascendentales sucesos de la historia del occidente de México y de todo el país. Su primitiva construcción casi toda de adobe empezó a funcionar en el año de 1650 como sede de la Audiencia de Nueva Galicia. En el año de 1750 un fuerte temblor lo derrumbó; por lo que fue necesaria su reconstrucción total utilizando para ello fondos provenientes del impuesto al "mezcal". En 1752 se inició la nueva obra que sería toda de cantera dorada traída de Huentitán, finalizando su construcción en 1790, año en que fue inaugurado por el intendente de Guadalajara Antonio de Villa Urrutia.
La portada principal es de dos niveles y como remate un cubo con reloj; en su primer nivel está el acceso central con arco rebajado que ostenta al igual que las jambas, singulares dovelas de las cuales una va resaltada y otra hundida en forma intermitente. Flanquean las jambas columnas en cuyo fuste está dibujado una red de correas formada por rombos que aumentan su tamaño de abajo hacia arriba y flores de laurel en la parte inferior; los capiteles de las columnas muestran un interesante estilo rococó. Decoran la parte superior del arco dos grandes y elegantes roleos. El segundo nivel ostenta balcón curvo con barandal de hierro forjado el cual lleva el escudo nacional al centro. La ventana luce en el arco y jambas la misma ornamentación que la puerta de acceso del primer nivel y está flanqueado por columnas estípites ricamente decoradas con relieve fitomorfos; cubriendo la ventana hay una cornisa curva muy moldurada finalizando el segundo cuerpo.
El cubo del reloj se anexó posteriormente al edificio, en el año de 1885, al centro se observa el reloj rodeado de sillares semejantes a las dovelas de la puerta y ventana antes citados; otros motivos que adornan este cubo son: los relieves fitomorfos, roleos o espirales, dos pilastras estípites semejantes a las del segundo nivel y la campana que es réplica de la de Dolores.
El resto de la fachada se conforma en el primer nivel de dos accesos laterales y ventanas rectangulares flanqueadas por pilastras tableradas de capital dórico, que sostienen entablamento con friso que lleva triglifos y gotas. En el segundo nivel contemplamos ventanas similares a las del primero, a diferencia de que éstas cuentan con saliente balcón y barandal de hierro, además las molduras del entablamento son más abundantes y cuentan con claves de formas vegetales. Llaman la atención tanto las gárgolas con muy especiales formas de cañón, como los remates ubicados sobre dichas gárgolas, que semejan armaduras de guerreros, haciendo sentir que en este palacio radica la autoridad. En las esquinas de la fachada se observan torreones de planta rectangular y de dos niveles, el primero posee cuatro oráculos, los cuales se cree que servían para disparar los cañones y el segundo ostenta un balcón corrido sobre la cornisa y ventanas al frente y a los lados. Las fachadas laterales y la posterior son parecidas a la principal, dignas de admirarse por la monumentalidad, mesura y equilibrio con que fueron edificadas.
Interior: El patio central es digno de admiración por la elegancia y armonía de sus columnas y sus arcos de medio punto. En el cubo de la escalera principal se encuentran los magníficos murales del pintor jalisciense José Clemente Orozco (1883-1949), considerado como uno de los tres más grandes muralistas mexicanos. En la parte superior aparece la figura impresionante de Hidalgo que se avalanza a la lucha, llevando una tea encendida en la mano, símbolo del fuego que purifica y que ilumina el sendero de la libertad; a los lados de la escalera hay otros dos murales, uno llamado "Círculo Político", en el que se hace una crítica a casi todos los sistemas de gobierno; el otro titulado "Las Fuerzas Tenebrosas", en el que se denuncia el viejo contubernio del clero y el militarismo característico de la política.
En el segundo nivel, el recinto del antiguo Poder Legislativo, donde se encuentra otro mural de Orozco con temas de los tres grandes movimientos revolucionarios de México: la Independencia representada por Hidalgo, donde muestra una imágen bondadosa y justiciera, rodeado por esclavos que serán liberados; la Reforma, con Juárez que señala las Leyes por él inspiradas; la Revolución, mostrando las figuras de Venustiano Carranza y Emiliano Zapata, héroes que plasmaron sus ideales en la actual Constitución. Este edificio ha sido en dos ocasiones Palacio Nacional, la primera por residir aquí el Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla, quien decretó la Abolición de la Esclavitud el día 6 de diciembre de 1910; la segunda cuando se estableció don Benito Juárez y su gabinete, del 14 de febrero al 19 de marzo de 1858, donde estuvo a punto de ser asesinado por el coronel Landa, quien era sublevado a favor de los reaccionarios; pero fue salvado por don Guillermo Prieto al pronunciar las valiosas palabras "los valientes no asesinan". Este suceso quedó plasmado en una escena escultórica hecha en bronce, ubicada al lado izquierdo del acceso oriente del Palacio. Los dos hechos históricos anteriormente señalados se recuerdan con placas conmemorativas que llevan los textos explicativos de lo ocurrido.

 


Arquitectura religiosa

Catedral (Guadalajara E-6). Es una de las siete catedrales mexicanas fundadas en el siglo XVI y la única en el país que nos presenta en su interior la bella arquitectura de estilo gótico. En 1561 el rey de España Felipe II, ordenó su construcción, la cual se continuó hasta 1716, año en que fue consagrada. La obra fue dirigida por el arquitecto Martín Casillas quien también dirigió la edificación de la Catedral de México.
La fachada principal, toda de cantera, con tres portadas de estilo renacentista, cada una con acceso por arco de medio punto. La portada central ostenta a los lados pares de columnas corintias estriadas de media muestra que sostienen la cornisa, la cual separa el primer cuerpo del segundo. Sobre la cornisa se encuentran 3 nichos con esculturas de la Virgen de la Asención, San Pedro y San Pablo, separando cada nicho columnas también corintias estriadas de media muestra; a los costados de los nichos se observan dos perillones sobre basamento y arriba un pequeño frontón roto con óvalo al centro, que sirve de ventana. Las dos portadas laterales son flanqueadas por columnas dóricas que sostienen establamento y frontón triangular sobre los cuales hay tres esferas en bases cuadradas. Dos grandes ventanas circulares se ven arriba de las portadas. En la parte situada entre las dos cornisas se encuentra grabado en la cantera un texto en latín del Salmo 126 cuyo significado es "si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen".
De una torre a otra y cubriendo las secciones de las tres portadas, se extiende un elegante frontón curvo de estilo romántico, rematado por 16 torrecillas y en medio el reloj enmarcado por la figura de un pequeño templo gótico, con diminutas ventanas de estilo mudéjar, culminando con una cruz de hierro calado. Al centro del frontón luce un relieve de la Asunción de la Virgen María con los apóstoles que rodean el sepulcro vacío y contemplan la elevación.
A ambos lados de las portadas están las bases de las torres cada una con dos grandes contrafuertes; el primer cuerpo de campanarios es el original que tuvo la catedral y está hecho de cantera y tezontle, de planta cuadrada con dos vanos de arco de medio punto. Los remates de las torres no son las originales debido a que un fuerte sismo las derribó en 1818. Se dice que el obispo Aranda y Carpinteiro comía en un plato donde estaban dibujadas unas torres góticas europeas y de ahí le surgió la idea de construir los remates actuales, los cuales se edificaron con piedra pómez para hacerlas mas ligeras, recubriéndose con azulejos, habiendo sido terminadas en 1854, por el arquitecto Manuel Gómez Ibarra. Las torres de catedral son el símbolo que identifica a Guadalajara ante el mundo "con sus torres que parecen alcatraces al revés" como las llamó Pepe Guízar el pintor musical de México, de orígen tapatío.
Al lado derecho de la catedral se ubica el templo del Sagrario, el cual se describe por separado.
En las torres se encuentran 19 campanas siendo la más antigua del año 1661; y la mayor que tiene un peso de 6.5 toneladas, con una particular sonoridad.
La fachada posterior o ábside impone por sus grandes y sobrios paramentos, con ventanas, una de ellas semicircular y otras con gruesas rejas de hierro. Dos recios contrafuertes cuadrados rematan con adornos piramidales. Destaca la cúpula del coro, cuyo tambor de luces ovales ostenta vitrales con imágenes religiosas y domo revestido con ladrillos vidriados, cúpula que data del siglo XIX ya que la original fue destruida por el sismo de 1875. La fachada lateral norte es sencilla, con decoración de almohadilla, pilastras toscanas, frontón triangular y barrocos remates adosados.
En su interior, las tres naves constan de seis tramos, altos y espaciosos, cubiertos con bóvedas góticas, nervadas, con dorados pinjantes, a la misma altura cada nave, nervaduras que arrancan de las pilastras centrales, las cuales llevan adosadas medias columnas estriadas, con capitel toscano; estas pilastras cruciformes, de ascendencia romántica, están coronadas con capitel monumental en forma de enorme corola que recibe la elegante ramificación de los nervios. En los muros laterales vemos redondos pilarones estriados que apoyan el cornisamento y sobre éste una balaustrada. Detrás del altar se encuentra el coro, que data de la segunda mitad del s. XIX, consta de doble sillería de madera de cocobolo. En el ábside destaca una escultura de la Virgen de la Asunción y los vitrales de la cúpula.
Ingresando por el acceso de la portada lateral izquierda se encuentra la capilla del Señor de las Aguas que es un cristo crucificado el cual según la tradición fue rescatado de las aguas de la laguna de Magdalena y que procedía de uno de los pueblos inundados de dicha laguna. Su altar es de estilo neoclásico y en él se observan dos esculturas de artistas queretanos; las esculturas son: La Dolorosa y La Magdalena entre otras imágenes; también se encuentra una pintura al óleo de la Virgen del Carmen realizada por José Cabrera. Frente a esta capilla se encuentra otra capilla dedicada a la Virgen de la Soledad, en cuyo interior se ubica una portada con columnas jónicas y dos altares colaterales que corresponden: uno a la Virgen antes mencionada con su imagen pintada en un lienzo y el otro, dedicado al Divino Preso, con escultura de origen queretano.
Ocho altares decoran los muros del templo, seis de ellos idénticos, formados por columnas de capitel compuesto, pilastras con estrías, entablamento ornamentado con motivos vegetales, frontón triangular y sobre éste pabellones con pinturas; más arriba, adosados al arco que cobija los altares, medallones pintados por José Ma. Uriarte con textos del Antiguo Testamento. Entre las esculturas más destacadas de estos altares, se encuentra San Clemente, Santo Domingo de Guzmán y Santo Tomás de Aquino, atribuidas a los artistas queretanos Perusquía o Arce, Sr. San José, San Joaquín y Santa Ana y Santo Tomás de Aquino, de Mariano Arce, quien fue discípulo de Tolsá, Santa Rosa de Lima y el niño que carga el señor San Antonio son de Victoriano Acuña. De Mariano Perusquía, queretano nacido en 1771, son las imágenes de San Francisco de Asís, San Francisco Javier, San Martín de Tours, y los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, entre otras.
La capilla del Santísimo, ubicada al frente, ingresando por la puerta izquierda del templo, está dedicada a la Purísima Concepción y en ella se observan los siguientes elementos: el retablo con columnas y pilastras de capitel compuesto que sostienen entablamento y frontón triangular; en el luneto, un gran lienzo de La Ultima Cena, que tuvo su modelo en el Tiziano de donde lo copió el pincel de don José de Uriarte, entre 1817 y 1821. Las pechinas de la cúpula se ornamentan con motivos florales dorados de estilo siglo XVIII francés; un tamborcillo de luces ovales sostiene la cúpula con casetones dorados. La escultura de La Concepción es obra de Acuña, el mundo y la serpiente en que apoya sus pies son de plata, y dos tibores chinos se utilizan como floreros. Dos mausoleos ubicados bajo portadas jónicas, ostentan las efigies de los obispos don Pedro Espinosa y don Pedro Loza, así como un monumento que representa al león herido, hecho en mármol, el cual está sobre la tumba del que fuera obispo Orozco y Jiménez.
Otras obras pictóricas dignas de admirarse son: un cuadro atribuido a Bartolomé Esteban Murillo: "La Purísima Concepción" ubicado en la sacristía; ahí mismo se encuentra un mural de Felipe Castro, llamado "La Disputa del Sacramento", copia de uno de Rafael; así como "La Virgen del Apocalipsis" y "San Cristóbal" de José de Páez, nacido en 1720. La imagen de la Virgen de Guadalupe, en su propio altar; es de José de Alcíbar, discípulo de Cabrera. Muy notable es el mural "La Iglesia Militante" en la Sala Capitular, obra de Cristóbal de Villalpando (1650-1714).
Bajo el piso del coro; sótano con criptas y las tumbas del Cardenal José Garibi Rivera y del Cardenal Jesús Posadas Ocampo, con escultura en bronce de Cristo y la Virgen. Se guarda el corazón de Juan Ruíz de Cabañas y Crespo, los restos de José Salazar López, Francisco Gómez de Mendiola y de Juan de Santiago Garabito.

 


Arte rupestre


El Tuito (F-2). Casas típicas de adobe y techo de tejas a dos aguas, con calles empedradas.
En algunos potreros cercanos, así como en "las Guásimas" ranchería, distante 10 km por terracería, se pueden admirar petroglifos en forma de espiral, de flores, de sol, puntos y líneas. Para llegar a ellos hay que solicitar guía en la presidencia municipal o con los vecinos de la ranchería.

 


Artesanías

Casa de las Artesanías (Guadalajara E-6). La rica tradición de las artesanías jaliscienses se ve expresada en el local que el Instituto de la Artesanía Jalisciense tiene instalado junto al parque Agua Azul. En ellos puede admirarse y adquirirse la extensa gama de objetos procedentes de todo el estado, directamente de los artesanos, a los cuales se impulsa comprando a precios justos sus productos y ofreciéndoles asesoría y financiamiento, logrando que los precios al público sean razonables. Entre los productos que se tienen:
1- Cerámica de los municipios de Tlaquepaque y Tonalá, reconocida como una de las más hermosas del mundo, en los diferentes acabados: engretado, matiz o loza de lumbre, betus, canelo, bandera, bruñido o de olor, negro, petatillo, caolín, de alta temperatura o stoneware, en infinidad de objetos como platos, vasos, jarras, ollas, cántaros, botellones, cafeteras, jarrones, tazones, figuras prehispánicas, figuras de nacimiento y objetos decorativos en formas de animales y vegetales, todos en la gran variedad de diseños y coloridos.
2- Tejidos, de lana o acrílico, deshilados y bordados de gancho, punto de cruz o frivolité en prendas como sarapes, jorongos, rebozos, ceñidores, fajas, tilmas, camisas, faldas, blusas y vestidos. Los sarapes de Teocaltiche y Jocotepec con sus adornos y rayas multicolores son únicos en todo el país. Otras prendas proceden de Ajijic, La Barca, Zaplotlanejo, San Juan de los Lagos, etcétera.
3- Joyería de Guadalajara y Tlaquepaque; collares, pulseras, aretes, anillos, rosas de oro, etc., en laminado de alpaca, latón, o cobre con chapas de plata o de oro.
4- Productos de latón y vidrio, latón y cobre, o de hojalata; en acabados plateado y dorado; de figuras decorativas como animales, soles, cazos, ollas, jarros, platos, charolas, marcos para espejos, lámparas de vidrio claros y de colores; procedentes de Tonalá, Tlaquepaque y Guadalajara.
5- Vidrio soplado con franja ámbar o azul cobalto y cristal rojo, en artículos como vasos, licoreras, ensaladeras, fruteros, floreros, platones, copas, jarrones, etc., elaborados en Tlaquepaque.
6- Papel maché, cuyo acabado es a base de pulido, pintado y laqueado dando gran belleza a sus formas, figuras decorativas de toda clase de animales en tamaños que varían, de diminutos a gigantes, procedentes de Tonalá y Tlaquepaque.
7- Hierro forjado y metalistería de Tlaquepaque y Sayula, en objetos como campanas de bronce, cuchillos para caza, figuras de animales, candelabros y otras piezas de ornato.
8- Del arte huichol: cuadros, pulseras, aretes y collares de chaquira, objetos decorados con estambre, en llamativas formas y colores; tejidos y bordados de ropa, de morrales y fajas, ojos de Dios y equipales.
9- Talabartería de Colotlán, Cd. Guzmán, Guadalajara y Ajijic, en sus formas tradicional, regional o moderna, en artículos como bolsas, cinturones, chamarras, carteras, sombreros, maletas, figuras de pájaros, sillas de montar, etc., destacando el proceso de piteado o bordado a mano de fibras vegetales.
10- Figuras de chite o chicle de Talpa en llamativos colores; canastos, ramos de flores, animales, frutas, figuras humanas y de objetos diversos.
11- Madera labrada en relieve y taraceada o incrustada, de finos acabados, en baúles, mesas, sillones, juegos de ajedrez, etc., procedentes de Jalostotitlán y otros lugares.
12- Productos de cantera: esculturas, fuentes, bases para mesas y figuras de animales en cantera gris, amarilla, rosa y café, procedentes de Degollado y Tonalá.
13- Objetos varios: huarache tradicional y de vestir; tejidos de palma y carrizo en canastos, sombreros, bolsas, sopladores; objetos de hueso, como piezas de ajedrez y cuchillos, figuras de ónix de Puebla, etcétera.

 


Balneario

Agua Caliente (Villa Corona F-5). Cuenta con albercas y chapoteaderos de agua termal, toboganes, acuatubos, río salvaje, área infantil, alberca de hongos y 16 albercas privadas. Los sábados, domingos y días festivos funciona la alberca de olas y un kamikazee. Hay canchas de volibol, basquetbol, futbol, tenis, y squash; así como juegos infantiles. Las instalaciones y zona arbolada se encuentran comprendidas en una extensión de 20 hectáreas, donde también hay bancas y asadores, restaurante, campo para casas rodantes y bungalows.

 


Cascada


Cascada (Yelapa F-2). De 35 m de altura; con gasto de agua permanente del río Tuito; tiene ancho de 1 m en la parte alta y 8 m en la parte baja; el agua transparente cae a una fosa en donde se puede bañar. Hay alrededor vegetación tropical. Al pie de la cascada hay una fuente de sodas con venta de refrescos y antojitos. Para llegar a la cascada se alquilan caballos en la playa y se hace un recorrido por el estero del río El Tuito y luego por la vereda, atravesando parte de la selva.
En la serranía cercana existe una amplia variedad de fauna silvestre, algunas especies son: tigrillo, venado, jabalí, ocelote, conejo, codorníz, chachalaca, paloma arroyera, mapache, tlacuache, tejón y garzas.

 


Centro cultural

Palacio municipal (Guadalajara E-6). En esta construcción se trató de plasmar una arquitectura de estilo clásico y barroco de acuerdo a la tradición mexicana proveniente desde los siglos XVII y XVIII. Presenta algunos elementos típicamente tapatíos entre ellos el patio central, los corredores, arcos con arquivolta e imposta, las columnas en las esquinas del exterior del edificio, cuya función es sólo decorativa. El proyecto se inició en 1949 y concluyó en 1952; fue elaborado por el arquitecto Vicente Mendiola quien además diseñó entre otras obras la Rotonda de los Hombres Ilustres y el Monumento a los Niños Héroes. En el sitio que hoy ocupa este edificio existió la casa del Marqués de Pánuco, que una vez reconstruida sirvió de Casa de Moneda, a partir de 1823; al lado oriente estuvo el Palacio Episcopal, edificado en 1708, según puede leerse en dos placas colocadas en el muro a los lados del acceso.
En el exterior del edificio se observa en su planta baja los amplios portales en sus cuatro lados, con arcos de medio punto sobre las columnas de capitel dórico y en sus esquinas las columnas decorativas ya mencionadas. La planta alta ostenta ventanas con balcones de hierro forjado y sobre la ventana central, en cada lado, el escudo de la ciudad en alto relieve. Su interior muestra un patio central rodeado por cuatro corredores en las dos plantas, con arcos y columnas iguales a los del exterior; en el cubo de la escalera se pueden admirar los murales hechos en acrílico sobre bastidores, del artista Gabriel Flores (nacido en Arenal, Jal. en 1930) quien los pintó en 1964, con los temas de La Conquista Española, La Caída de Pedro de Alvarado, Los Fundadores de Guadalajara, La Conquista Espiritual, y los Paseos del Pendón. Este pintor también hizo el mural de la cúpula de la Casa de la Cultura, así como otros en diferentes edificios públicos. Por la entrada principal, al lado izquierdo, se encuentra una sala o galería de exposiciones temporales, entre ellos: exhibición de pinturas, esculturas, fotografías, artesanías.
En los portales de este palacio se llevan a cabo, anualmente, varios eventos culturales tales como: La Feria Municipal del Libro y la Cultura, durante la segunda quincena de mayo; Exposición Floral de Primavera, que se realiza por tres días a mediados del mes de abril; así como otras exposiciones (donde los productos se pueden adquirir) como: calzado, artesanías, etc., en diferentes periodos del año. También aquí tienen lugar algunos de los espectáculos para conmemorar hechos sobresalientes entre los que destacan la Fundación de Guadalajara, las fiestas patrias, etcétera.

 

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